Comentaba en Twitter que en estos fines de semana en los que hay más carreras que horas en el día gracias a la compresión espacio-temporal que ha provocado el Covid-19, el hecho de que empecemos el día hablando de F1, la tarde con el WEC y la noche con las 500 Millas de Indianapolis es, de alguna forma, un pequeño triunfo de nuestra generación, en la que incluyo a pilotos, equipos, medios y fans.

Al final, entre los que corren, los que diseñan y arreglan, los que cuentan y los que miran, entre todos, pues uno pasa el domingo entretenido saltando de circuito en circuito como las abejas vuelan de flor en flor en busca de néctar.

El amigo tuitero @Jordi008 me contestaba a esto que la situación ha sido gracias al fértil pasado de pioneros, copas y fórmulas de promoción, etcétera y que, pasados los años buenos de Fernando Alonso, ha quedado un páramo de dimensiones astronómicas. Os dejo su comentario original:

Estoy absolutamente de acuerdo en la primera parte del tuit, pues los años 80 y 90 fueron una década boyante para el mundo de las carreras en España y, de toda aquella actividad acabó saliendo el primer español campeón del mundo de F1, ese que lo cambió (casi) todo.

Sin embargo, no comparto la opinión del amigo Jordi en la segunda parte de su comentario. A continuación de Fernando Alonso hemos visto llegar una generación entera de pilotos profesionales españoles que han podido llevar adelante su carrera en el panorama internacional. Con sus años mejores y peores, cambiando de equipos y categorías, pero, al fin y al cabo, corriendo contra los mejores del mundo, Andy Soucek, Roberto Merhi, Dani Juncadella, Miguel Molina, Lucas Ordóñez, Álex Riberas, Albert Costa o Miguel Toril (por citar algunos, pero hay más), llevan ya unos cuantos años instalados en la élite entre campeonatos del mundo, equipos oficiales, etc.

Es cierto, ninguno de ellos ha llegado a conseguir lo que consiguió Fernando, pero no se puede ignorar su papel en todo este tinglado. Porque si ponemos a Alonso como punto de fuga y miramos hacia adelante, nadie ha llegado a conseguir lo que él, exactamente lo mismo que pasa si giramos 180 grados el enfoque y medimos a la era pre-Alonso a partir del listón que marcó el asturiano. La situación es simétrica a los dos lados.

Hablando claro, es impreciso y absolutamente injusto decir que todos los anteriores a Fernando fueron pioneros y ensalzar lo que consiguieron y que, sin embargo, todos los que vinieron después no existen porque no han llegado a ser campeones del mundo de F1. Ambas generaciones tienen sus méritos y así debería ser reconocido.

Tampoco hace falta que vengan las hordas de puristas y videntes para aclarar que esto se sabía desde el día en el que la burbuja de la Alonsomanía perdió el gas. Porque esta percepción no es un fenómeno aislado. Ya pasó en los rallyes después de Carlos Sainz, y eso no hace que los Sordo, Suárez, López o Solans sean menos que los Zanini o Cañellas. Y tampoco es un fenómeno puramente español.

La F1 se extinguió en Francia después de Prost y tuvieron que irse al bosque a encontrar a Loeb y Ogier. Alemania pasa olímpicamente de su Gran Premio desde que Schumacher dejó de ir vestido de rojo (ni la era Vettel ni la era Mercedes han conseguido levantar el asunto). Italia lleva 67 años sin tener un campeón del Mundo de F1, aunque allí, con que gane Ferrari van servidos. Brasil, con tres campeones y dos subcampeones del Mundo censados, no tiene a nadie en la parrilla (ni se le espera). Es decir, la sombra de las leyendas es igual de larga en todos los países del mundo.

Si a esto le sumamos que el motorsport no pasa por su mejor momento, simplemente, porque el automóvil, por concepto, tampoco lo está, puede dar la sensación de que, efectivamente, tras los años dorados de Alonso no ha quedado un alma en pie. Pero no es cierto.

Hay una buena generación de pilotos españoles en activo alrededor de los 30 años y otra por los 20 a la que le están empezando a salir buenas cartas (Sainz, Palou, Vidales).

https://twitter.com/AlexPalou/status/1294739308277096448
https://twitter.com/VidalesRacing/status/1287394546645635072

¿Cuánto habrá que esperar hasta que llegue el siguiente español campeón del mundo de F1? Es imposible saberlo, pero lo que es seguro es que para que llegue, no podemos olvidarnos de los que ahora están.

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