Rivales y, sobre todo, amigos, Justin Wilson y Dan Wheldon nacieron en el Reino Unido en el verano de 1978, se criaron en los circuitos británicos, maduraron en los americanos y encontraron su trágico final a los mandos de un monoplaza de Andretti Autosport de la IndyCar.
Con el luto aún reciente por la despedida de Jules Bianchi, el mundo del automovilismo vuelve a estar de pésame. El piloto británico de la Indycar, Justin Wilson, ha fallecido tras el accidente que sufrió el pasado domingo durante la disputa de la carrera en Pocono, cuando una pieza del monoplaza accidentado de Sage Karam golpeó el casco de Wilson a gran velocidad y causó graves lesiones cerebrales que dejaron al piloto en coma hasta su fallecimiento en el hospital de Lehigh Valley Health (Pensilvanya).
Wilson aún mantiene el récord de ser el piloto más alto que ha participado en la Fórmula 1
Wilson inició su carrera como piloto en Europa, donde consiguió su mayor triunfo con la victoria en la Fórmula 3000 (2001) antes de dar el salto a la Fórmula 1 en el equipo Minardi en 2003, disputando los cinco últimos Grandes Premios de la temporada con Jaguar. En total, compitió en 16 carreras de F1 y sumó un punto gracias a su octavo puesto en Indinápolis como mejor resultado. Con su 1,93 metros de estatura (sus monoplazas tenían que ser adaptados especialmente para que pudiera sentarse a los mandos), Wilson aún mantiene el récord de ser el piloto más alto que ha participado en una carrera en la historia de la Fórmula 1.
Justin Wilson con Marc Webber con el equipo Jaguar de Fórmula 1 en 2003
Sin opciones de seguir en Europa (aunque también participó con un Ferrari en la categoría GT de las 24 horas de Le Mans), Justin Wilson continuó con su trayectoria en los monoplazas de la Champ Car e IndyCar en Estados Unidos, donde sumó un total de siete victorias y 26 podios con un quinto puesto en las 500 Millas de Indianápolis en 2013 como mejor actuación en la gran cita americana.
Justin Wilson en rueda de prensa con el equipo Andretti de la IndyCar
Rápido y competitivo en pista, cordial y campechano fuera de ella, el ‘gigante de Sheffield’ pertenece a la misma generación de pilotos británicos de Jenson Button o Dan Wheldon, con quienes compartió sus inicios en las categorías inferiores. Concretamente, siempre mantuvo una gran amistad con Wheldon, con el que había corrido desde los ocho años hasta que volvieron a encontrarse en los circuitos americanos.
Wilson se fracturó la quinta vértebra en agosto de 2011, motivo por el que se perdió el resto de la temporada, incluida la última carrera del año en Las Vegas. Allí Wheldon volvía a la competición de forma puntual, después de haberse quedado sin asiento titular en el equipo Panther, aunque pudo participar en las 500 Millas de Indianápolis con Bryan Herta Autosport y conseguir su segunda victoria en sobre la legendaria ‘brick yard’. En Las Vegas, a los mandos de uno de los monoplazas de Andretti, Wheldon saldría último y competiría por un premio de 5 millones de dólares ofrecido a los pilotos que no habían disputado toda la temporada a repartir al 50% con el ganador de un sorteo para los fans.
Wilson mantuvo una conversación con Wheldon la noche antes del accidente en Las Vegas que le marcó
Según cuenta Jenna Fryer en su artículo de 2012, la noche anterior al trágico accidente que acabó con la vida de Dan Wheldon (16 octubre de 2011), Wilson fue a visitarle a su hotel y mantuvieron una conversación que dejaría marcado a Justin: «Tienes suerte de no correr aquí», afirmó Wheldon, vaticinando el peligro de que pudiera ser una carrera muy accidentada. Por desgracia, Dan fue uno de los 15 implicados en el accidente múltiple que le costó la vida.
Dan Wheldon celebra su segunda victoria en las 500 Millas de Indianápolis (2011) cinco meses antes del accidente de Las Vegas en el que perdió la vida.
Justin volvió a la competición en 2012 tras recuperarse de la lesión de espalda y se convirtió en uno de los pilotos más activos en la búsqueda de una mayor seguridad para la IndyCar, plenamente consciente de que todos los avances nunca serán suficientes: «Tienes que conocer los riesgos y valorar si estos son aceptables. Para mí, es aceptable. Pero no voy a dejar de tratar de mejorar la seguridad por eso. Todos los pilotos trabajamos juntos para hacer este deporte más seguro, pero al final, son coches de carreras. Peleamos duro y competimos con coches muy rápidos. Cuando las cosas van mal, puede haber problemas».
Justin Wilson a los mandos del monoplaza del equipo Andretti de IndyCar (2015)
Justin Wilson también había pasado por el debate interno de cualquier piloto profesional desde que tuvo su primer accidente grave en la adolescencia, en el que se fracturó el tobillo, la muñeca y sufrió un importante corte en una pierna: «A los 16 años, la primera noche que estás en el hospital piensas: ¿Por qué corremos con coches de carreras? Esto es estúpido. Después, a la mañana siguiente, piensas: ok, quizá lo haga de nuevo. Al día siguiente ya estás preguntado cuando te van a dejar salir del hospital para volver a correr».
El pasado domingo, a los mandos de un monoplaza de Andretti, al igual que Wheldon, Justin Wilson (1978-2015) disputó la última carrera de su vida. Descanse en paz.