Cientos de personas despiden a los dos pilotos de motos españoles fallecidos en accidente en Laguna Seca (EEUU), Bernat Martínez y Dani Rivas. En Alberic, centenares de personas a pie y en moto han acompañado a mediodía de hoy al malogrado piloto Bernat Martínez hasta el cementerio municipal de Alberic en una gran manifestación de duelo.
Poco después de las 11 de la mañana llegaba el féretro a la parroquia del Espíritu Santo que se quedó pequeña hasta el punto de que habían tanto o más asistentes en el exterior que en el interior de la iglesia. A esa misma hora regresaba la comitiva motociclista que le había rendido homenaje anteriormente en el circuito Ricardo Tormo de Cheste.

Junto a los numerosos vecinos cabe destacar la presencia del delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, del alcalde de Alberic Toño Carratalá, además del vicepresidente de la Federación Española de Motociclismo, Alfredo Teré de la Rosa, y del presidente de la Federación Valenciana, José Luis Berenguer.

También se sumaron al homenaje destacados expilotos como el que fuera tetracampeón del mundo Jorge Martínez Aspar, y de los campeones mundiales Julián Miralles y Champi Herreros.

Al finalizar la eucaristía se formó una larga comitiva de personas y motoristas que acompañaron el féretro y a sus familiares hasta el mismo cementerio municipal que apenas dista un kilómetro del núcleo urbano, trayecto en el que solo se oía el rugir de las motos en honor del reconocido piloto de Alberic que se ha convertido en un ídolo para su pueblo.

El representante del Gobierno justificó su presencia en que quería «estar al lado de la familia, de Alberic y del mundo de la moto en un momento muy doloroso» al tiempo que resaltó la labor del Gobierno en la «agilización» de los trámites para la repatriación del cuerpo.

Por su parte, Aspar dijo que Bernat «fue un piloto muy valiente al que le gustaba arriesgar en las carreras», incluso, recordó, participó en algunas carreras con el Aspar Team que él dirige. Mientras Herreros advertía que «nos ha dejado un campeón mundial, un gran amante del motociclismo».

Bernat Martínez falleció el pasado día 19 cuando disputaba una carrera del Campeonato Americano de Superbike en el circuito de Laguna Seca (California) a consecuencia de las graves lesiones sufridas en una caída múltiple en el inicio de carrera y en el que también perdió la vida el gallego Dani Rivas, natural de Moaña (Pontevedra). 

Por otro lado, en Moaña, familiares, amigos, compañeros de profesión y representantes del mundo político han dado esta tarde el último adiós al piloto gallego Dani Rivas, en una multitudinaria y emotiva ceremonia celebrada en el pabellón de Reibón, en la localidad pontevedresa de Moaña, de donde era natural el deportista.

Más de mil personas han asistido a la misa funeral, de cuerpo presente, del deportista.

En el exterior del polideportivo se han concentrado, además, centenares de vecinos que no han podido entrar, al completarse el aforo antes de que comenzara la ceremonia.

Tras los actos litúrgicos, el padre del piloto fallecido, José Luis «Willy» Rivas, se dirigió al público para decirle: «Mi hijo se ha ido, nos ha dejado, pero estamos ante el nacimiento de una leyenda».

Acto seguido, con la voz entrecortada, el progenitor afirmó que su hijo tiene «la mejor madre del mundo», arrancando los aplausos de los asistentes, entre ellos el piloto estadounidense Szymon Dziadzia, quien había conocido al piloto moañés en EEUU y viajó para acompañar a su «amigo» en su último día.

«Willy» se fundió entonces en un cariñoso y emotivo abrazo con su exmujer e hija, justo antes de que hicieran rugir la moto en la que Dani Rivas había perdido su vida en el circuito estadounidense de Laguna Seca.

Fueron su padre y los pilotos Aleix Espargaró y Julián Simón los encargados de darle gas, hasta en tres ocasiones, a la BMW con la que el piloto fallecido compitió por última vez, que posaba al lado del féretro, sobre el que colocaron dos cascos suyos, así como una bandera gallega, otra española y varios trofeos.

Posteriormente, el cuerpo fue trasladado al cementerio de Moaña, escoltado por unos 1.500 motoristas, muchos de ellos amigos, y en buena parte llegados desde diferentes puntos de España para despedir a Dani Rivas, ya un mito. 

Dos pilotos españoles fallecen en accidente en Laguna Seca

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