Valentino Rossi sufrió una fuerte caída durante la jornada de tests que tuvo lugar el lunes en el circuito Motorland de Aragón, tras el Gran Premio en el que ganó Lorenzo y Rossi fue tercero (resumen).
El italiano se cayó mientras probaba los prototipos de neumáticos Michelin con los que el fabricante francés realiza las pruebas para suministrar a los equipos de MotoGP la próxima temporada.
No es la primera vez que Rossi se cae durante unos tests de este tipo, ya le ocurrió en junio en Misano, donde se volvió a repetir la situación (incluso con varios pilotos): se pierde el tren delantero a la entrada de la curva, según parece, porque los nuevos neumáticos de Michelin para MotoGP aún no permiten un apoyo tan fuerte en ese punto de la trazada como el que ofrece el tacto de los actuales Bridgestone.
El accidente de Rossi en Aragón tuvo lugar en la rápida curva 2 del circuito de Motorland. El piloto italiano perdió el agarre en el rueda delantera y salió despedido en un fuerte accidente en el que su Yamaha YZR-M1 quedó destrozada.
Rossi solo sufrió un golpe en la mano derecha y una abrasión en el codo del mismo lado
Afortunadamente, Rossi solo sufrió un golpe en la mano derecha y una abrasión en el codo del mismo lado que fueron atendidos de forma inmediata en el hospital del circuito sin mayores consecuencias para el piloto.
Sin duda, el accidente de Rossi llega en un momento crítico de la temporada, con Jorge Lorenzo a 14 puntos y con cuatro carreras aún por delante en las que habrá 100 puntos en juego.
Es evidente que todos los pilotos están expuestos a este tipo de accidentes siempre que salen a pista, ya sea en unos tests, unos libres o en la propia carrera. Pero en el tramo final de la temporada no hay lugar para estos riesgos que pueden costar especialmente caros tanto para el piloto como para el propio espectáculo.
Rossi ha tenido mucha suerte esta vez y tampoco habrá más tests de este tipo hasta que acabe el Mundial en Valencia el próximo 8 de noviembre. Pero tanto él como Lorenzo tendrán que ser muy cuidadosos con cada paso que den en las próximas semanas y hasta que el título quede decidido. Será difícil gestionar la presión y mantener el nivel de competitividad durante cuatro Grandes Premios casi consecutivos y con varias decenas de miles de kilómetros de viajes por medio.
Porque, como ha quedado demostrado, el peligro acecha en cada curva, los puntos solo se ganan el domingo (seamos conscientes de que apenas quedan cuatro horas y 100 vueltas de carreras para que el Mundial se decida) y, sin embargo, tanto Rossi como Lorenzo lo pueden perder todo en cualquier esquina.
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