La temporada 2017 de MotoGP está a punto de arrancar en el icónico circuito de Losail con la disputa del GP de Qatar, una carrera que celebra este año que lleva 10 temporadas abriendo el calendario del Mundial de Motociclismo.
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La noche y la lluvia no se llevan bien
Sin duda, el GP de Qatar, además de ser el primero del año, es uno de los más especiales desde que se empezó a disputar a la luz de los 3.600 focos desde 2008. Pero este espectáculo visual que, además, nos permite disfrutar de MotoGP el domingo a la hora de la cena implica un riesgo que, si bien no es habitual, parece que en esta edición amenaza con cambiar el transcurso del fin de semana: la lluvia.
La previsión del tiempo para esta carrera estima que podría caer fuertes tormentas en algunos puntos del fin de semana, algo que, si bien ya suele afectar al propio espectáculo de las carreras, en esta localización lo complica todo aún más. Para empezar porque los charcos que se forman sobre el asfalto generan unos reflejos y efectos ópticos realmente peligrosos para el pilotaje. Pero también porque al estar enclavado en mitad del desierto, el viento levanta grandes cantidades de arena que, junto con la lluvia, pueden provocar una mezcla sobre la pista que obligue a la suspensión del Gran Premio.
Ya ocurrió en 2009, cuando por culpa de una espectacular tormenta hubo que aplazar la carrera de MotoGP y disputarla el lunes, una solución de emergencia que no fue nada fácil de tomar en aquel momento.
Este año, el Mundial puede volver a arrancar con un invitado inesperado teniendo en cuenta que la primera carrera se disputa en primavera en mitad del desierto. Así que habrá que estar muy pendientes del cielo este fin de semana y no precisamente para ver las estrellas.
Maverick, año 0
Salvo que la lluvia lo impida, donde sí que están aseguradas altas temperaturas será sobre el asfalto con la disputa del primer asalto de la temporada. Con Marc Márquez como vigente campeón y un Valentino Rossi que sigue resistiéndose a la jubilación (el italiano ha vuelto a intensificar su preparación física durante el invierno y se ha presentado en Qatar aún más delgado que de costumbre), las grandes novedades en el grupo de cabeza vienen con el cambio de equipo de Jorge Lorenzo a Ducati (la primera vez que el español no pilotará una Yamaha desde que subió a MotoGP) y el fichaje de Maverick Viñales como sustituto del 99 en el equipo dirigido por Lin Jarvis.
Si 2016 fue el año del destape para Viñales como piloto de Suzuki, las jornadas de test invernales han confirmado que el 25 llega a Yamaha preparado para pelearlo todo, tanto con Márquez como con su nuevo compañero, Rossi. Viñales ha sido claramente el piloto más rápido de la pretemporada.
Por su parte, Lorenzo ha ido de menos a más con su nueva montura, y aunque las sensaciones que dejó en los últimos ensayos fueron positivas, queda la sensación de que el proceso de adaptación de Jorge a la Ducati (y viceversa) va a ser más lento que el de su sucesor en Yamaha.
Yamaha, favorita
Hablando de motos, la YZR-M1 de Rossi-Viñales se ha vuelto a mostrar como la moto más equilibrada, mientras que Honda parece que afronta una nueva temporada con problemas en cuanto a la gestión de la potencia del motor de la RC213V. Los pilotos de HRC se han vuelto a quejar de una moto excesiva y difícil de controlar si se aplica toda la evolución en la que se ha trabajado durante el invierno y demasiado lenta si se ajusta para que no se desboque. A priori, aunque queda trabajo por hacer en el box de los campeones del Mundo y para muestra, las prestaciones de Dani Pedrosa, casi desaparecido durante la mayoría de las jornadas de pretemporada.
Si unimos a todo ello una nueva vuelta de tuerca en el reglamento con el objetivo de acercar las prestaciones de todas las motos de la categoría reina o el estreno del equipo KTM, entre otros alicientes, nadie puede dudar de que tenemos por delante un emocionante arranque de temporada este fin de semana con el GP de Qatar 2017.
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