El BMW X6 es el primer y único vehículo en el mundo que presenta un acabado de pintura Vantablack VBx2. «Rechazamos numerosas solicitudes de varios fabricantes de automóviles en el pasado», explica Ben Jensen, fundador y director técnico de Surrey NanoSystems. «Nos convenció el BMW X6 y su diseño único y expresivo para ejecutar la idea». Con aspectos destacados del diseño, como la parrilla de doble riñón Iconic Glow opcional, los inconfundibles faros dobles o sus pilotos traseros, el nuevo BMW X6 ofrece contrastes fascinantes para compensar el efecto visual del acabado de pintura Vantablack VBx2, que cambia la percepción visual del espectador de la forma tridimensional de un objeto.
El ojo humano percibe a Vantablack como bidimensional.
Una superficie recubierta en Vantablack pierde sus características definitorias para el ojo humano, con objetos que aparecen en dos dimensiones. Esto puede ser interpretado por el cerebro como mirar un agujero o incluso un vacío, haciendo de Vantablack un acabado de pintura para vehículos bastante inadecuado, ya que borra prácticamente todos los detalles y aspectos destacados del diseño.
Por esta razón, el BMW X6 estaba recubierto con la variante VBx2 desarrollada inicialmente para su uso en aplicaciones arquitectónicas y científicas. Este recubrimiento se puede rociar y tiene una reflectancia hemisférica total (THR) del uno por ciento, lo que significa que todavía se considera «súper negro» al tiempo que permite una pequeña cantidad de reflexión desde todos los ángulos. Por lo tanto, los materiales pintados con él parecen perder su apariencia tridimensional, como se demostró de manera impresionante en el BMW X6.
Vantablack: el «negro más negro», desarrollado para aplicaciones aeroespaciales.
El nombre Vantablack ya se ha convertido en sinónimo de una gama completa de recubrimientos y pinturas extremadamente negros, como VBx2. Contiene un acrónimo de la tecnología que permite a este negro superior en sus dos primeras sílabas, que significa Nano Tube Array alineado verticalmente, una matriz hecha de carbono. Cada uno de estos nanotubos de carbono tiene una longitud de 14 a 50 micrómetros, con un diámetro de 20 nanómetros, lo que lo hace alrededor de 5,000 veces más delgado que un cabello humano. Como resultado, alrededor de mil millones de estos nanotubos de carbono alineados verticalmente caben en un centímetro cuadrado. Cualquier luz que golpee esta superficie se absorbe casi por completo en lugar de reflejarse, y se convierte efectivamente en calor.
Esta tecnología se desarrolló inicialmente para el recubrimiento de componentes espaciales. Vantablack se puede aplicar a temperaturas tan bajas como 430 grados Celsius, es adecuado para materiales delicados como el aluminio, y los componentes ópticos recubiertos con Vantablack permiten la observación de estrellas débiles y galaxias distantes que hacen que la luz del sol sea difícil de detectar. La primera generación de Vantablack introducida por Surrey NanoSystems en 2014 absorbió hasta el 99.965 por ciento de la luz, eliminando casi por completo la reflectancia y la luz parásita.