Charles Leclerc (Ferrari) logró este domingo su primera victoria desde que es piloto de Fórmula Uno, la primera para Mónaco en toda su historia, al anotarse el Gran Premio de Bélgica, disputado en el circuito de Spa-Francorchamps, donde el español Carlos Sainz (McLaren) abandonó, por un problema de motor, a las primeras de cambio el día de su vigésimo quinto cumpleaños.
Leclerc, de 21 años, firmó el primer triunfo de Ferrari en lo que va de temporada, que pudo dedicar a su amigo francés Anthoine Hubert -fallecido el sábado en trágico accidente en la prueba de F2 disputada en esta pista-, al ganar por delante de los dos pilotos de Mercedes, el inglés Lewis Hamilton -que reforzó su liderato- y el finés Valtteri Bottas, tercero en una carrera que también abandonó, en la primera vuelta, el holandés Max Verstappen.
La joven estrella monegasca culminó un fin de semana de ensueño en el que dominó claramente todas las tablas de tiempo salvo la del primer entrenamiento libre del viernes. Un ensayo intrascendente que dominó su compañero alemán Sebastian Vettel, al que mejoró en siete décimas en la calificación del sábado y que este domingo acabó cuarto, avivando de nuevo el debate sobre la capitanía en Ferrari, tan sólo unos días antes de que el Mundial se reanude en Monza, el templo ‘ferrarista’ por excelencia, que acogerá el Gran Premio de Italia.
Leclerc, que lució, en memoria del fallecido, el lema ‘RIP Tonio’, en el halo; y el de ‘Racing for Anthoine’ (‘Compitiendo por Anthoine’) en su coche, arrancó primero en la mítica pista de Las Árdenas, después de haber firmado el sábado, con enorme exhibición incluida, la tercera ‘pole’ de su carrera, todas ellas esta temporada.
Lo hizo sin problemas, en unos primeros metros en los que Hamilton cuestionó la primera fila íntegra de la ‘Scuderia’ rebasando a Vettel, que le devolvería adelantamiento al final de la gran primera recta, antes de Les Combes.
En la salida, el Alfa Romeo del finés Kimi Raikkonen y el Red Bull de Verstappen se tocaron antes de la primera curva. El holandés perdió el alerón delantero de su coche, perdió el control del mismo y se chocó justo después de Eau Rouge.
Ahí acabó su puesta en escena la joven estrella holandesa, para mayor desesperación de sus compatriotas, desplazados en decenas de miles a la legendaria pista belga, que un día antes habían aplaudido, no sin dudoso gusto, el accidente de Hamilton en el tercer entrenamiento libre.
La pronta retirada de Verstappen benefició al excéntrico y espectacular campeón de Stevenage, que con su segundo puesto de este domingo lidera ahora con 268 puntos, 65 más que Bottas y con 87 sobre ‘Mad Max’, al igual que Leclerc, de la quinta del desaparecido Hubert; que, asimismo afectado por la muerte del francés, declaró que su abandono fue algo completamente secundario este fin de semana.
El primero en parar, en el decimoquinto giro, fue Vettel, que lo único positivo que extrajo de la jornada fue el punto extra que otorga la vuelta rápida, que el alemán firmó en la 37, siete antes de llegarse a las 44 que se dieron a la pista más larga del campeonato, de siete kilómetros. Cambió de neumático blando a medio, al igual que hicieron Leclerc -en la 21-, Hamilton -en la 22- y Bottas -dos después-.
La reordenación colocó todo como estaba, con los dos Ferrari delante de ambos Mercedes y el inglés Lando Norris, compañero de Sainz, que había hecho una salida grandiosa, rodando en quinta posición. Norris, que estaba completando una gran carrera, se sumó a la jornada de mala suerte de McLaren y perdió toda opción a otro gran puesto al parársele el coche prácticamente en los últimos metros, entrando en la clasificación pero fuera de los puntos.
Mientras Leclerc volaba para dedicarle finalmente el triunfo al amigo muerto, Hamilton atacaba a Vettel, que esta vez ejerció de gregario frenando durante unas vueltas al quíntuple campeón mundial, antes de que éste lo superara en la 32, a falta de doce.
Hamilton se lanzó a cuchillo en las últimas vueltas, pero Leclerc salvó el ataque y Mónaco, que alberga una de las carreras más importantes del año -y, sin duda, la más glamurosa- festejó su primera victoria en los setenta años de historia de la Fórmula Uno.
El mexicano Sergio Pérez celebró su renovación por otros tres años con Racing Point, regresando, por la puerta grande a los puntos, después de haber estado fuera de esa zona durante las últimas siete carreras. ‘Checo’ acabó sexto en Spa, por detrás del debutante tailandés Alexander Albon, que aprovechó su oportunidad y acabó quinto en su primera carrera como piloto de Red Bull, equipo en el que intercambió asiento con el ‘relegado’ francés Pierre Gasly, noveno en Spa con su Toro Rosso.