No le tembló la voz a Luca. Si no calculo mal, el lunes sacó sus cosas de su despacho en Maranello después de 23 años como presidente y casi otros 20 en la empresa.

Deja a la Ferrari más rica de todos los tiempos, pero también a la del orgullo más herido. Y sólo unas pocas horas después de devolver la llave de su taquilla, se sentó en un plató de televisión p ara hablar de su pasado y su futuro con el gesto en la cara de quién se sienta a hablar de una ex mujer. Es evidente que le han echado de casa y que lo que ha pasado en la Fórmula 1 (o las vergüenzas y debilidades que todo ello ha destapado) ha sido una de las razones de la ruptura.

Y ahora Luca, como divorciado, se pone delante de un micro para hablar de la patata caliente que les ha quedado a sus sucesores entre las manos.

En realidad no dijo nada que no hayamos escuchado mucho en las últimas semanas. De hecho, a la hora de escribir la noticia anoche, Fernando Alonso se va de Ferrari, me di cuenta de que había utilizado ese titular y sucedáneos hasta en seis ocasiones en los últimos dos meses.

Tampoco aportó nada sobre el futuro del español ni sobre la palmaria llegada de Vettel. Eso es una responsabilidad que, lógicamente, está en manos de Alonso y sus próximos socios, así como de ‘Seb’ y la nueva cúpula de Ferrari.

A mi, a pesar de ser casi inocuas a estas alturas, me parecieron unas declaraciones con cierto resquemor. Que el ex presidente opine, con conocimiento de causa, sobre un tema embargado por todas las partes, lo entendí como una pequeña vendetta. Luca se saltó la sagrada omertá 48 horas después de entregar el reino.

Lógicamente, el párrafo en el que habló de Fernando se convirtió en noticia mundial en cuestión de minutos. Y entonces empezaron las interpretaciones. Siempre ‘enriquecedoras’ si se leen para pensar en ellas. Me quedo con dos. Tan opuestas como discutibles:

– Luca aclaró que Alonso se va de Ferrari porque quiere nuevos retos y no tiene tiempo que perder. Con esto exculparía a la cúpula de Maranello de haberse desecho del mejor piloto de la parrilla o de no haber llegado a un acuerdo común para afrontar el futuro juntos. Es decir, Alonso se va porque quiere, no porque lo eche Ferrari.

Esto se saca de la primera frase que espetó Luca ante las cámaras de la RAI1. Pero la parte final del discurso también deja una segunda lectura:

– Alonso se va de Ferrari decepcionado porque no ha podido ganar y no confía en que pueda hacerlo a corto plazo. Palabras que justifican al piloto ante la oscura propaganda que parece moverse para desacreditarle de cara a mermar sus futuros acuerdos. Es decir, el español se va porque Ferrari no tiene ni tendrá nada con lo que cumplir el sueño de campeonar vestido de rojo.

Desde luego, el estreno de Luca en su nueva condición de opinólogo no pudo ser más jugoso.

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