«Ha sido la mejor vuelta de mi vida en Suzuka»… Estas han sido las primeras palabras de Fernando Alonso tras terminar su participación en la clasificación del GP de Japón en Suzuka. El español reconocía haber pilotado a su mejor nivel y, en cierto modo, hay indicios de que, efectivamente, fue una gran vuelta.
Fernando Alonso paró el crono en su último intento de la Q2 con un tiempo de 1:34.785, mejorando en siete décimas el tiempo que le valió la clasificación en la Q1: 1:35.467, y dejando a su compañero, Jenson Button, a casi un segundo (1:34.664 para el británico).
Es cierto, Alonso acababa de dar una gran vuelta, no sabemos si «la mejor de su vida» (como dijo) o, simplemente una de las mejores, pero había hecho un considerable esfuerzo.
Una demostración de pilotaje quizá a la altura de aquel mítico adelantamiento a Michael Schumacher por el exterior de la mística curva 130R
El problema es que, a pesar de todo ello, todavía hubo 13 pilotos más rápidos que el español. Ser el 14 de los 20 que salieron a pista podría ser una gran decepción, aunque a estas alturas de la temporada todo el mundo lo tenga más o menos asumido. Sin embargo, hoy, en Suzuka, Alonso hizo una de las mejores vueltas de su vida. Una demostración de pilotaje quizá a la altura de aquel mítico adelantamiento a Michael Schumacher por el exterior de la mística curva 130R, pero una vuelta, una de las mejores de su vida, que nadie recordará nunca.
Un horrible McLaren que hace mejores a sus pilotos
El caso de Alonso en Suzuka no ha sido aislado esta temporada. Jenson Button también lo ha sufrido en algunos momentos de la temporada en los que ha bajado del monoplaza entusiasmado por su pilotaje, reconociendo haber dado una de las mejores vueltas de su vida, y, sin embargo, descubrir que con su tiempo apenas podría salir decimoctavo en la parrilla del domingo.
Sin duda, un coche tan malo como el actual McLaren MP4-30 está exigiendo a sus pilotos emplearse a fondo, incluso aunque no haya recompensa por el momento.
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