Dije anoche en Twitter que: «En contra de lo que nos pueda parecer, el dominio de Mercedes es lo mejor que le ha pasado a la Formula 1 en la última década». No estaba bromeando. De hecho no hay ni una letra de ironía en esas pocas palabras.
Lo dije por las quejas que había leído previamente de muchos aficionados por lo aburrido y previsible que resulta el dominio de las ‘Flechas de plata‘ en la temporada 2014. Y, con mi comentario, pretendía explicar que, lejos de ser algo malo, la dictadura del equipo alemán es lo mejor que le ha pasado a este deporte en los últimos años.
Para empezar porque el dominio de una escudería no es malo ni bueno, más bien es algo implícito a este deporte. Lo ha tenido Red Bull durante cuatro años, otros cinco lo tuvo Ferrari, antes fue de McLaren…
De hecho, puestos a comparar, ni las victorias de Vettel ni las de Schumacher ofrecían el mismo nivel de morbo y espectáculo entre compañeros que tenemos hoy en día entre Hamilton y Rosberg. Así que, solo en eso, ya hemos salido ganando.
Pero voy un poco más allá. Mercedes no es un equipo cualquiera. Es la marca que inventó el automóvil, con la que casi todos se quieren comparar y, tras muchas décadas de ausencia, decidieron volver a la Fórmula 1 hace sólo cuatro temporadas con una gigantesca inversión de dinero, que ahora empieza a dar sus primeros frutos. Hoy son el único fabricante que queda en parrilla de la raza con la que sueña Bernie Ecclestone, tras tener que despedirse, en unos pocos años, de los equipos oficiales de Honda, Toyota, BMW y Renault.
Es primordial que en las carreras de coches haya fabricantes de coches y, tratándose de la máxima categoría, es aún más importante. Ellos son los que más dinero pueden gastar, los que más tecnología pueden inventar y los que mejor publicidad pueden hacer de sus victorias. De hecho, sus duelos dan como resultado aberraciones históricas con gran arraigo, como por ejemplo, la rivalidad entre Ferrari y Porsche. Algo que, en verdad, viene de las carreras de resistencia de los 70 y que jamás ha sido una realidad comercial al 100%. Nunca han sido rivales puros en el mercado.
Que Mercedes gane es bueno para ellos y muy bueno para la Fórmula 1. Sus éxitos y la forma en la que los están consiguiendo (sin medias tintas, apostando un órdago de recursos) son el gancho perfecto.
Acabamos de inaugurar una nueva era en este deporte, con la ecología por bandera, y que Mercedes pueda presumir mundialmente de hacer los motores híbridos más potentes, rápidos y eficientes de toda la F1 es un mensaje que vale su peso en oro de cara al futuro.
Es un momento clave (casi diría que crítico) en la historia de la categoría, con una transformación tecnológica unida a un relevo generacional inevitables, pero que no tienen por qué gustarle a todo el mundo. Por eso es importante que gane Mercedes y más si lo hace con la emoción con la que esta sucediendo.
No sería lo mismo que ganase Red Bull. Son el equipo moderno perfecto, pero ellos no tienen ‘sangre azul’ en el mundo del automóvil. Son un producto de marketing y la F1 les necesita, pero sabe que son invitados de ida y vuelta como lo fue Benetton u otros en su momento.
Ferrari y McLaren sí fabrican coches, pero tampoco nos valen. Porque ellos son la esencia de la Formula 1 (lo mismo que Williams o Lotus). Son la mutación de los garajistas de toda la vida, ahora capaces de vender coches de un millón de euros. Con ellos siempre se cuenta y se espera que ganen todos los campeonatos incluso aunque sólo hayan celebrado cuatro títulos, entre los dos, de los últimos 18 posibles.
Pero que Mercedes gane es realmente importante y bueno para la Formula 1 porque eso atrae a otros gigantes de la industria.
Mirad el ejemplo de Le Mans: Audi ha ganado 13 de las últimas 15 ediciones (casi 14, contando con Bentley) y esto atrajo a Peugeot y ahora a Toyota y Porsche. ¿Habría conseguido lo mismo una década de victorias de los prototipos privados dirigidos por Henri Pesacarolo? Rotundamente no (y que conste que tampoco estoy de acuerdo en la forma en la que arrinconaron al zapador de La Sarthe).
Los éxitos de este calibre de Audi y Mercedes les dan motivos para presumir. Y si hay algo crónico y común a los fabricantes de coches de todo el mundo es una competitividad tan exagerada que la podemos llamar, directamente, envidia. Pelean entre ellos continuamente por ser el más rápido, el más potente, frugal, lujoso y exclusivo, además de ser el más económico y mejor fabricado. Y si uno se adelanta, todos los demás intentan superarle inmediatamente.
Ahora Mercedes se ha ganado el derecho a ser el abanderado de la nueva Formula 1, de la más tecnológica de toda la Historia. Además, lo están haciendo de forma aplastante y, por ahora, más entretenida de lo que esperábamos, pues a principio de año muchos eran los que apostaban por un paseo triunfal de Hamilton escoltado por un dócil y servicial Rosberg.
Habrá que esperar por ver hasta dónde llegan los ecos de los éxitos que vaya a cosechar Mercedes en esta aventura, y quién contesta a sus envenenados cantos de sirena.
De momento Honda está en camino, aunque haya buscado un socio con el que llevarlo a medias. Bien por ellos y que tengan toda la suerte que les faltó en su última etapa. Bernie espera al resto, si es que no tiene alguno más ya preparado.
Hay quien dice que Audi no entrará al trapo porque gastan todo en Le Mans y, lo mismo con BMW, ahora dominando el DTM. No es excusa, incluso aunque los departamentos financieros sólo firmen cheques para un tipo de carreras. Para empezar porque hay una importante convergencia tecnológica entre diferentes categorías que hacen más sencillo el salto de una a otra. Pero, además, hoy los fabricantes se arremolinan en colosales grupos industriales y el enemigo puede venir con el disfraz más inesperado.
Puestos a especular, imaginemos que FIAT se deshace de Alfa Romeo y esta cae en las ambiciosas manos alemanas de VAG. ¿ Y si Toyota quisiera plantar cara a Honda utilizando Lexus? Al fin y al cabo, los logos de Infiniti sí que están en la parrilla, aunque sólo sea como actor de reparto. Hay cientos de combinaciones, por muy remotas que parezcan. Insisto, Mercedes esta haciendo mucho por la F1, aunque sólo miren por ellos y estén dispuestos a seguir arransando en cada carrera. Eso es justo lo que deben hacer.
Foto: @MercedesAMGF1