Yo estaba allí aquel 22 de febrero de 2015. Mi amiga Anabel me había ofrecido la oportunidad de asistir a los test de Fórmula 1, como invitado al pit box que la cadena hotelera Ciutat Hotels tiene en el Circuit de Barcelona-Cataluña.

No podía decir que no a la primera ocasión que se me había presentado ese año para ver a Fernando Alonso en su retorno a McLaren.

Fernando Alonso durante su primer test con el McLaren-Honda en los entrenamientos de Jerez 2015

Era un día normal. Un domingo cualquiera del tramo final del invierno en el que el viento y las nubes hacían bastante incómodos los paseos por el paddock (y también por la pista, como se pudo comprobar más tarde). Pero no llovía. Hubo que esperar bastante para ver al asturiano en acción con su nuevo monoplaza negro. Unas dos horas más tarde que el resto.

Según contaron, por la noche había llegado una nueva pieza para el motor Honda que debía solucionar parte de los problemas que el equipo había tenido en las jornadas anteriores. Teniendo en cuenta que estaba previsto que Alonso pilotaría por la mañana y Button por la tarde, el tiempo para ver al español empezaba a ser bastante escaso.

Algo había pasado en esos instantes finales de la mañana y Fernando Alonso estaba implicado

Al final salió con su nuevo McLaren-Honda y dio 20 vueltas cargado de sensores para intentar aprovechar al máximo su breve jornada de trabajo (marcada por el parón de la hora de la comida, normalmente a las 13.00h). Entonces los coches empezaron a regresar a boxes y, con solo nueve pilotos en pista, fue sencillo echar de menos al monoplaza con el dorsal 14.

En ese momento, una ambulancia atravesó todo el pit lane hasta salir por el carril de aceleración a la recta principal del Circuit. Algo había pasado en esos instantes finales de la mañana y Fernando Alonso estaba implicado. Los primeros minutos fueron de bastante incertidumbre. Y los tuieros conseguían actualizar la información antes que los que estábamos allí, en el lugar de los hechos. En los días de tests, la información es opaca y difícil de conseguir. Todas las puertas suelen estar cerradas y hay mucha menos gente a la que preguntar.

Pero lo que estaba claro es que Fernando Alonso era el protagonista, que algo había pasado en una curva del primer sector y que el helicóptero estaba arrancando motores. Unos minutos después, la ambulancia aparcaba junto a la clínica del trazado y, desde ahí, todos los que aún estábamos por el paddock, nos arremolinamos alrededor de la valla que delimita el helipuerto y vimos cómo empujaban (y tapaban) la camilla, con el asturiano tumbado e inmovilizado sobre ella, hasta meterla dentro del helicóptero y que este despegase con destino al Hospital de General de Cataluña en Sant Cugat del Vallés.

A continuación, los periodistas presentes hicimos un escrache al director de comunicación de la FIA para la Fórmula 1, Matteo Bonciani que, asaltado junto a la verja de la clínica, se limitó a pedir que se mantuviera la calma y a explicar brevemente que el piloto había sufrido un accidente, que estaba consciente y que hablaba pero que había sido trasladado al hospital para una exploración en profundidad.

¿Cómo de grave fue el accidente?

A partir de ese momento, el final de los test pasó a un segundo plano. El Lotus de Grosjean acabó siendo el más rápido del día y Carlos Sainz rodó durante 88 vueltas antes estrellarse, pasadas las cuatro de la tarde, en la misma curva que Alonso. Por suerte, Sainz salió por su propio pie del coche y explicó que un coletazo de viento le había hecho perder la trasera. Precisamente esa era una de las teorías que intentaban explicar lo que le había pasado a Alonso por la mañana en uno de los accidentes más misteriosos de la historia reciente de la Fórmula 1.

Siempre quedó un halo de misterio sobre aquel accidente que mantuvo al piloto sospechosamente ingresado casi 72 horas

A pesar de que McLaren dio una detallada versión oficial de lo ocurrido y que muchos se esmeraron en desentrañar las causas y efectos con diferentes hipótesis y simulaciones (como que había sufrido una fuerte descarga eléctrica que le dejó aturdido durante 10 minutos) lo cierto es que siempre quedó un halo de misterio sobre aquel accidente que mantuvo al piloto sospechosamente ingresado casi 72 horas,hasta recibir el alta médica, el día 25 a las 14.30 horas, sin lesiones de gravedad.

Sin embargo, 10 días después del golpe, el 3 de marzo, y cuando todo apuntaba a una evolución sin inconvenientes, el equipo anunciaba que Alonso se iba a perder su primera carrera de la temporada, Teniendo en cuenta que ese Gran Premio de Australia se iba a disputar del 13 al 15 de marzo (tres semanas después del accidente) y que todos los diagnósticos publicados habían sido favorables, muchos fueron los que reforzaron sus sospechas de que no se había contado toda la verdad y de que, posiblemente, nunca se sabría esta, fuera quien fuera el responsable.

Dos días más tarde, el virus de las teorías conspiranoicas había traspasado la frontera de las redes sociales y llegó a contagiar a los equipos, que amenazaron con no correr en Australia si no se esclarecían los hechos de aquel extrañísimo accidente que, según algunas fuentes, había tenido lugar a unos 150 km/h (una velocidad relativamente baja para las medidas de seguridad que incorpora un Fórmula 1 y para el tipo de golpe que se suponía), pero que había sido provocado después de que el piloto sufriera una descarga de más de 600 V (casi el triple que la corriente doméstica) desde la parte híbrida del nuevo motor Honda, algo que alarmó a todas las escuderías en cuanto a la peligrosidad en la manipulación y montaje de estas nuevas mecánicas.

 

La amenaza no pasó de ahí y el Gran Premio de Australia se disputó con normalidad y sin Fernando Alonso, que guardó reposo absoluto y ni tan siquiera viajó con el equipo a Melbourne, dejando su nuevo McLaren al piloto reserva en ese momento, Kevin Magnussen.

En aquella primera rueda de prensa de la temporada, Ron Dennis tuvo que pedir disculpas por la mala gestión de la información que había hecho el equipo de una situación a la que se le puso punto final el 22 de marzo, justo un mes después del accidente, con el anuncio del alta médica definitiva para Alonso, que pasó las pruebas médicas de la FIA para poder disputar su primera carrera de la temporada en el Gran Premio de Malasia el 29 de marzo.

Alonso y la curva 3 de Montmeló firman las paces

¿Y por qué hemos recordado toda esta historia ahora? Pues porque justamente, este domingo, durante la carrera del Gran Premio de España, Fernando Alonso ha firmado uno de los mejores adelantamientos en lo que llevamos de temporada, precisamente, en la curva 3. Donde adelantó por el exterior a Esteban Ocon en esta espectacular maniobra. Justo el mismo lugar donde empezó con mal pie su segunda etapa en McLaren y con el que ya parece haberse ‘reconciliado’.

 

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