Escribí esta columna de opinión hace un año y medio, con motivo del número especial de la revista MOTORSPOT que le dedicamos a Jorge Prado. Hoy, que se acaba de proclamar el primer español Campeón del Mundo de Motocross MX2 (y con 17 años) me parece más acertado que nunca recordarla:

¿Te hubiese gustado estar presente el día en el que Rafa Nadal
ganó su primer torneo en categorías inferiores antes de
convertirse en el rey de la tierra batida? ¿Te imaginas viendo
a Michael Jordan en el colegio o el primer sprint vencedor de
un adolescente Usain Bolt? En la mayoría de las ocasiones,
los genios aparecen de repente ante los ojos del gran público.
Hasta que llega ese momento de explosión mediática,
pocas personas, más allá de su círculo más cercano y de los
rivales que los sufren, conocen las gestas de los niños que,
unos años más tarde, son los encargados de escribir las páginas
de oro de cualquier deporte.

A sus 10 años, Jorge Prado fue el deportista más joven patrocinado por Red Bull

Esa es una de las principales
razones para que Jorge Prado sea el protagonista de este
reportaje especial de MOTORSPOT. Tampoco es justo decir
que este gallego de 16 años es un desconocido, porque los
éxitos de este niño prodigio no han pasado desapercibidos,
como demuestra el hecho de que Red Bull cubrió su casco de
pegatinas antes que con ningún otro deportista, que con 13
años le hicieron un ‘Informe Robinson’, o los miles de seguidores
que ya acumula en sus perfiles en las redes sociales.
Sin embargo, hay que empezar a tener muy en cuenta la dimensión
de este genio que está llamado a ser la futura estrella
mundial del motocross, un deporte con una inmensa
afición en España (donde hubo un tiempo en el que todos los
niños soñaban con tener una Puch y cada pueblo celebraba
una carrera en las fiestas patronales de turno) pero al que la
televisión apenas presta atención, por ahora… A pesar de esto,
Jorge Prado nos está brindando una oportunidad que jamás
hubo en ningún deporte y que debemos aprovechar.
Porque si ya es difícil que aparezca un Fernando Alonso, un
Marc Márquez o un Toni Bou, resulta casi imposible ser testigo
del proceso de desarrollo y aprendizaje de cualquiera de estos
seres humanos extraordinarios. Algo, sin duda, apasionante.
Todos aquellos que siguen sus pasos de cerca han disfrutado
ya de las proezas de su talento y de esos milagros que se saca
de la chistera para hacer cosas increíbles para cualquier niño de
su edad. Como también son conscientes de que queda mucho
camino por recorrer. Así que apunta bien este nombre y síguelo
de cerca a partir de ahora. Tranquilo, no llegas tarde. Esto no ha
hecho más que empezar.

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