Con solo unas pocas semanas de diferencia, Red Bull ha conseguido copar los titulares con dos decisiones muy similares, aunque hayan ocurrido en lugares muy distintos.
Han anunciado que dos niños, Max Verstappen y Jack Miller, correrán en la máxima categoría de sus respectivos deportes el año que viene.
Max Verstappen nació el 30 de septiembre de 1997 (hoy cumple 17 años) y en 2014 había debutado en los monoplazas de la F3 hasta que el ojo de cristal de Helmut Marko ha empezado a mirarle como si fuera Ayrton Senna y se lo ha llevado a la Fórmula 1. El viernes se subirá por primera vez en el coche de Vergne, un monoplaza que será suyo a tiempo completo a partir del próximo invierno.
Jack Miller (18 de enero de 1995) parece un todo un hombretón al lado del holandés. De los de pelo en pecho. Lleva sobre sus espaldas el incuestionable aval de haber corrido 51 carreras en el Mundial. Todas ellas entre las extintas 125 y las actuales Moto3. También para él se han abierto las compuertas del vacío y el año que viene caerá, sin pasar por Moto2 ni por ninguna otra categoría, a lomos de una MotoGP.
El debate es intenso y en casi todos los foros se teme que la decisión sea un error que acabe fulminando una carrera deportiva en la que aun no se atisba el horizonte. ¿Quién sabe? El caso es que esto me suena y recuerdo que también salieron los apocalípticos el día que Kobe Bryan anunció su salto a la NBA sin pasar por la Universidad. Está claro que alguien pierde con este tipo de decisiones, lo que no tengo seguro es si es precisamente el piloto el que puede salir perjudicado. Veremos. Y Red Bull, mientras tanto, a lo suyo. Algún día tendremos que hablar de cómo estos tíos cambiaron los deportes del motor para siempre…
Os dejo tres recomendaciones de lectura para profundizar sobre el tema:
– ¿Un tiro en el pie? El caso Miller (por Diego Lacave)
– Max Verstappen ¿prima el talento o el impacto mediático? (por Javier Avendaño)
– Red Bull y la Esparta de la Fórmula 1 (por José Armando Gómez)
Foto: Red Bull