Tras 17 temporadas en la Fórmula 1, Fernando Alonso disputará este fin de semana su último Gran Premio de esta etapa profesional. Como figura del deporte mundial, el tremendo magnetismo de este rol le ha llevado, en no pocas ocasiones, a estar en el centro de episodios difíciles que, quizá, habrían tenido mucha menos repercusión de haber tenido a otros protagonistas. Son “los fantasmas de Fernando Alonso” y a pesar de ser situaciones comprometidas, no han impedido que esté considerado uno de los mejores pilotos de la historia de la F1 y, a su vez, uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos. Vértices y aristas imprescindibles para dar solidez y realismo al complejo retrato de un personaje fundamental en las dos últimas décadas del deporte y la sociedad.

Accidentes y misterio

A lo largo de los 312 Grandes Premios con los que Fernando Alonso se despide de la Fórmula 1, el español no se ha librado de sufrir en sus propias carnes la dureza física de un deporte en el que los protagonistas se juegan la vida en cada curva. Brasil 2003 (270 km/h, dos impactos laterales de 35 y 60 G), Australia 2016 (313 km/h, vuelta y media de campana con impacto de 46 G), Abu Dabi 2013 (salto con impacto en la columna vertebral de 28 G), o las dos salidas del Gran Premio de Bélgica 2012 y 2018 en las que fue embestido, son algunos de los momentos en los que el español ha vivido los mayores peligros y las consecuencias físicas más graves. Afortunadamente, ninguno de ellos dejó secuelas de importancia en el cuerpo piloto.

Pero fue precisamente en uno lejos de las cámaras de los Grandes Premios donde quedó un mayor misterio. Durante los entrenamientos de la pretemporada 2015 en el Circuito de Cataluña, Fernando Alonso sufrió una salida de pista en la curva 3. El piloto había perdido misteriosamente el control de su coche y se golpeó lateralmente contra el muro a unos 150 km/h, aparentemente, sin daños graves ni para el coche ni para el asturiano.

Siempre quedó un halo de misterio sobre lo que ocurrió realmente aquel accidente del 22 de febrero de 2015

Sin embargo, el piloto necesitó ayuda para salir del vehículo, tuvo que ser evacuado en helicóptero, permaneció 72 horas ingresado en el hospital y tardó casi un mes en recibir el alta médica definitiva, perdiéndose la primera carrera de la temporada. Un misterioso golpe por el que el resto de pilotos de la parrilla llegaron a amenazar con una huelga en Australia si no se esclarecían las causas del golpe, bajo la sospecha de que Alonso podría haber sufrido una potente descarga eléctrica del aún joven sistema híbrido del motor Honda. Incluso el director del equipo McLaren, Ron Dennis, tuvo que pedir disculpas públicamente por la gestión de la información en aquella crisis, en la que siempre quedó un halo de misterio sobre lo que ocurrió realmente aquel 22 de febrero de 2015.

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Juicios, espionaje y conspiraciones

Posiblemente la de 2007 fue una de las temporadas más complejas en la carrera de Fernando Alonso. Tras su gran explosión deportiva, pasó a ocupar uno de los mejores coches de la parrilla tras proclamarse el bicampeón del Mundo más joven de la F1 y ser el encargado de destronar al invencible binomio Schumacher-Ferrari. A su lado estaría un prometedor debutante, Lewis Hamilton. Ingredientes que aseguraban el inicio de una etapa de éxitos para la escudería británica y que, sin embargo, acabó convertida en un verdadero calvario en todos los sentidos. La relación entre sus pilotos explotó tras episodios como Mónaco o Hungría. Una guerra deportiva y personal en la que ambos se dejaron los suficientes puntos por el camino como para que Kimi Räikkönen les arrebatase un título de Campeón del Mundo que debía haber recaído en cualquiera de los pilotos de McLaren. Una autodestrucción que pareció vaticinada por el propio equipo con la grabación de este anuncio publicitario a comienzo de año.

 

A la vez que se fraguaba el fiasco deportivo, saltó a la luz un escándalo de espionaje industrial por el cual McLaren se había hecho con planos e información confidencial de Ferrari. Una denuncia que lógicamente desembocó en juicio. Fernando Alonso y Pedro de la Rosa tuvieron que declarar por un intercambio de correos electrónicos entre ellos, aunque, finalmente, salieron limpios. No fueron tan bien las cosas para el equipo, al que se le retiraron todos los puntos del mundial de constructores y tuvo que pagar una multa de 100 millones de dólares. Un año tremendamente complicado y al que incluso el director del equipo Mercedes, Toto Wolff, hacía referencia recientemente como una de las causas de la sequía de títulos que siguió para Alonso desde entonces. Sea cierto o no, aquella temporada acabó con la ruptura del español con McLaren, que volvió a Renault en 2008, pero donde no encontró las prestaciones que le habían llevado a conseguir sus dos títulos mundiales solo un par de años antes.

De hecho, cerró aquella temporada de 2008 con solo dos victorias: Singapur y Japón; y fue precisamente por la primera de ellas por la que se vería envuelto en otro de los mayores escándalos de la historia de la F1. Tras quedarse sin asiento para el año siguiente, su compañero de equipo, Nelson Piquet Jr, denunció a la escudería francesa por planear y ordenarle provocar el accidente en la curva 17, durante la vuelta 13, que produjo la salida de un coche de seguridad que benefició la estrategia del piloto español para hacerse con el triunfo. Una vez más, el jurado ratificó la inocencia de Fernando Alonso, no así la de los responsables del equipo, Pat Symonds (jefe de equipo, cinco años de sanción) y el director deportivo, Flavio Briatore, expulsado de por vida de la F1.

En 2009 el jurado ratificó la inocencia de Fernando Alonso, no así la de los responsables del equipo, expulsados de la F1

Inmaculada vida sentimental y financiera

Más allá de los resultados deportivos, alegrías o decepciones sobre la pista, el tan discutido acierto a la hora de elegir equipo, o las críticas a su gestión de algunas relaciones públicas, estos han sido los episodios más complicados en la carrera profesional de Fernando Alonso quien, a diferencia de otras estrellas del deporte, no se ha visto involucrado en asuntos con Hacienda, y eso que se trata de uno de los 30 deportistas mejor pagados del mundo y ha tenido su residencia en Gran Bretaña, Suiza, España o Dubai (su nombre apareció en la Lista Falciani en 2015, pero sus finanzas estaban en regla).

Como también ha mantenido lejos de las polémicas su vida personal, en la que ha pasado por su matrimonio y divorcio con la cantante Raquel del Rosario, o sus relaciones sentimentales con otras mujeres de fama como la modelo Dasha Kapustina, la presentadora de televisión Lara Álvarez o, actualmente, la modelo Linda Morselli (ex pareja de Valentino Rossi).

 

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En resumen, la Fórmula 1 es una disciplina en la que la tensión y la polémica pertenecen a su propia idiosincrasia, y Fernando Alonso, como una de las figuras clave de las últimas dos décadas, no se ha librado de estar en el centro de algunos de los escándalos más importantes. Sin embargo, tanto desde un punto de vista profesional como personal, ha conseguido mantener una imagen recta y hermética donde el foco de atención siempre ha estado en lo que pasaba sobre la pista.

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