Ayer asistí a la presentación en sociedad de dos nuevos modelos de BMW en nuestro país: Serie 4 Gran Coupé y X4. Después de comentarlo con varios compañeros y con el propio equipo de la marca volví a casa pensando en comprobar cuantas novedades lleva presentadas BMW en lo que va de año. Pues si descartamos a los i8, i3 y M3-M4, que ya debutaron a finales de 2013, desde Múnich hemos visto el lanzamiento de siete nuevos modelos en menos de cuatro meses:
– Serie 4 Gran Coupé
– Serie 2 Coupé
– Nuevo X3
– Serie 2 Active Tourer
– X4
– M4 Cabrio
Y me falta por añadir el concept BMW Vidion Future Luxury que acaba de ver la luz en China y que, aunque sólo sea un prototipo, podría tener algo que ver con la futura renovación de la Serie 7.
Está claro que en Múnich trabajan mucho y que el poco tiempo que les quede libre lo dedicarán a rezar a cualquiera de las 42 diosas de la fertilidad que han registrado las diferentes religiones a lo largo de la historia del Hombre.
La idea, si no he entendido mal, es que haya un BMW para cada cliente. Que nadie tenga que cruzar la acera para comprar el coche que necesita. Y esto ha provocado una transformación radical de la gama en la que todos los modelos se entrecruzan, invaden parcelas de sus hermanos, y todo acaba tan revuelto como la gran orgía que pone fin a la novela ‘El Perfume’. La cosa se ve mejor con un ejemplo.
El BMW Serie 4 Gran Coupé, que ayer compartió protagonismo con el nuevo BMW X4. Dos grandes novedades que ya conocíamos todos en foto pero que faltaba ver en vivo y en directo (al menos yo). Me gustan ambos, lo reconozco. Tanto por el concepto que plantean, como por la forma en la que lo ha resuelto la marca. Impecable. Como siempre.
Más allá de lo que aportan estos dos nuevos modelos al mercado en general del segmento premium, me interesa analizar lo que traen al catálogo de BMW en particular. En la explicación de los responsables de la marca y en la política de comercialización planteada está la clave, especialmente en el caso del Serie 4 Gran Coupé. El precio y el equipamiento será el mismo para el modelo de tres puertas que para el de cinco (desde 39.300 euros), lo que permite que el cliente elija, con total libertad, la carrocería que más le guste o mejor se adapte a sus necesidades.
Me parece brillante. Pero lo cierto es que el cliente se enfrenta a una dura decisión salvo que tenga muy claro lo que va a comprar. No sólo eso, sino que me lo imagino delante de uno de los agentes comerciales de la marca sepultado por una montaña de catálogos, fichas y listas de precios y equipamientos.
En el supuesto de que uno entre por la puerta de un concesionario de BMW con la idea de comprar un modelo del segmento D más vale que se arme de paciencia porque la elección abarca las siguientes opciones: Serie 3 (sedán), Serie 3 Touring (familiar), Serie 3 GT (cinco puertas), Serie 4 Coupé (tres puertas), Serie 4 Cabrio (descapotable) y Serie 4 Gran Coupé (cinco puertas) ¿Con cuál quedarse?
Me temo que se acabó aquello de que el vecino de la urbanización aparezca con el mismo coche que te habías comprado hace un par de meses. Será difícil que ocurra si hablamos de BMW, hasta haciéndolo a propósito.
El caso del X4 es distinto. Se ofrece como la versión exclusiva y deportiva del X3. No es un rival directo de su hermano de marca, como el X6 no lo es del X5.
Es un coche muy resultón y que puede reforzar la cuota de mercado de BMW dentro del segmento de los SUV Compactos premium (siendo más precisos, hablamos de un SAV). Su precio arranca en 48.200 euros, lo que supone exactamente 6.000 euros más que el de la versión equivalente, por mecánica, del X3.
Ayer, mirando estas dos maravillas (porque aun con sus defectos, son dos automóviles sublimes), colocados a ambos lados de la sala de presentación, me preguntaba cual conseguirá vender más unidades y la verdad es que, hoy, sigo siendo incapaz de dar un pronóstico.
Foto: @BMWGroupPrensa